Para muchos, el otoño supone una vuelta a la rutina. El verano se acaba y poco a poco volvemos a la normalidad de nuestro día a día, y esto se traduce en un buen momento para retomar los hábitos saludables que solemos abandonar durante el período estival. El cambio de clima y de horarios puede alterar nuestra rutina alimentaria y puede resultar bastante estresante. Por este motivo, hoy te traemos algunos consejos para una alimentación saludable en otoño.
¿Cómo mantener unos buenos hábitos saludables?
- Tener una planificación aproximada de todos tus platos semanales. Una buena planificación te quitará el estresante pensamiento diario de “¿qué preparo hoy para comer?”, ahorrándote muchos problemas y evitándote la solución fácil de ir a por comida rápida y poco saludable. Así te asegurarás de comer los alimentos adecuados y mantener una dieta equilibrada.
- Intentar hacer cuatro o cinco platos al día, repartidos y adaptados a nuestros horarios laborales y a nuestra rutina. Estos platos deben ser ligeros y complementarse mutuamente para que nos aporten los nutrientes necesarios en cada momento del día.
- Incrementar el consumo de alimentos de origen vegetal. Son altamente nutritivos, y saciantes, por lo que evitaremos comer a deshoras o picar innecesariamente.
Es cierto que, con la llegada del otoño, el frío puede hacer que empecemos a sentir la necesidad de comer más. Recomendamos los siguientes hábitos alimenticios para enfrentarse al frío desde la alimentación.
Hábitos alimenticios para el otoño:
- En otoño suelen volver a la mesa los platos de cuchara, como la sopa, los guisos y los estofados. Es un buen momento para introducir a tu dieta las lentejas. No aportan grasa a nuestra dieta, y su alto contenido en proteínas vegetales de fácil digestión favorece su efecto saciante. Y eso no es todo, también son ricas en potasio, magnesio, calcio, selenio, fósforo y hierro.
- Añadir frutos secos a la comida, como las almendras, avellanas o nueces. Estos alimentos son ideales para tomar entre horas o para acompañar recetas con carne e incluso en ensaladas. También se pueden aplicar en salsas y cremas.
- Incrementa el consumo de setas, es una buena época para hacerlo. Contienen proteínas vegetales y son ricas en minerales. Además, combinan con casi todos los alimentos, enriqueciendo su sabor y añadiendo nutrientes al plato.
- No olvidarnos de comer ensaladas, no son exclusivas del verano. Es recomendable consumir mínimo tres raciones de frutas y dos de verduras diariamente. Las ensaladas son un buen plato para cumplir con ese consumo.
Solemos pensar que con el frío hay que consumir más calorías que durante el verano. Pero lo cierto es que nuestro metabolismo es el mismo en invierno que en verano. Por eso, en invierno no hay que comer más, hay que comer distinto.