Los problemas digestivos no sólo son molestias, también funcionan como aviso de que algo no está funcionando como es debido en tu cuerpo. Cuidar tu alimentación es clave para solucionarlos, pero también existen problemas como el estrés, el sedentarismo o la mala postura que pueden afectar a nuestro sistema digestivo. Por este motivo, incorporar el yoga en tu rutina aportará muchos beneficios para mejorar tu digestión. El estrés es uno de los mayores impulsores del estreñimiento. Las enfermedades crónicas, el estrés crónico y el cansancio, todos ponen una gran carga en tu intestino. El intestino es, después de todo, nuestro segundo cerebro, y cuando no nos sentimos lo mejor posible, mental o físicamente, lo siente y funciona con menos eficacia. Problemas como el SII, la enfermedad de Crohn o el SIBO ejercen una presión adicional sobre nuestro sistema digestivo. Relajarse y darle un equilibrio al cuerpo puede proporcionar un increíble alivio intestinal. Además, en la mayoría de casos, el estrés puede llevarnos a buscar comida para sentirnos cómodos, sin embargo, si nuestro intestino no funciona correctamente y sólo estamos comiendo, la digestión se hará más difícil y podremos sentirnos mal, hinchados y distendidos.
¿Cómo ayuda el yoga?
Hay muchas posturas de yoga que pueden estimular los intestinos, el páncreas y el estómago, haciéndolos más fuertes y saludables. Las posturas de yoga pueden aportarnos los siguientes beneficios:
- Eliminar los problemas de estreñimiento.
- Disminuir el gas.
- Aumentar la producción de mucosa.
- Reducir el ácido.
- Mejorar la absorción de los alimentos.
- Mejorar la circulación gastrointestinal.
Cómo introducir el yoga en nuestra rutina alimenticia
Las posturas de yoga pueden definitivamente mejorar la digestión y eliminar los problemas estomacales. Una buena forma de introducirlo en tu rutina diaria es con los siguientes hábitos:
- Realizar las poses de yoga por la mañana, temprano y con el estómago vacío. Puedes beber un poco de agua con limón antes de empezar.
- No tengas prisa por hacer las poses. Presta atención y practica la respiración.
- Evitar practicar yoga si acabas de ser operado o si sufres de apendicitis, peritonitis, hernia o lesiones abdominales. En estos casos, lo mejor es consultarlo con un especialista.
- Después de la sesión, relájate tumbado durante 5-10 minutos.