El estrés puede afectar a tu salud digestiva, descubre cómo evitarlo
Un exceso de estrés puede causar grandes daños tanto físicos como mentales en el organismo, lo que incluye daños en el intestino y la digestión. Aprende consejos para evitarlo.
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Después de un año de pandemia, teletrabajo e incertidumbre, el estrés se hizo más presente en nuestras rutinas. Sea cual sea el factor estresante, es importante tener en cuenta el impacto del estrés en tu salud y bienestar. Al fin y al cabo, un exceso de estrés puede causar grandes daños tanto físicos como mentales en el organismo, lo que incluye daños en el intestino y la digestión.

El efecto del estrés en el intestino depende de la duración del estrés

  • El estrés a corto plazo puede hacer que pierdas el apetito y que tu digestión sea más lenta.
  • El estrés a largo plazo puede desencadenar problemas gastrointestinales, como estreñimiento, diarrea, indigestión o malestar estomacal.
  • El estrés crónico durante largos periodos de tiempo puede provocar problemas más graves, como el síndrome del intestino irritable y otros trastornos gastrointestinales.

Una de las claves para mejorar la digestión es la gestión regular del estrés. Reducir el estrés puede disminuir la inflamación del intestino, aliviar el malestar gastrointestinal y mantenerte nutrido, ya que tu cuerpo puede concentrarse en absorber los nutrientes que necesitas. A continuación, te explicamos cuatro consejos que te ayudarán a mejorar tus niveles de estrés y tu bienestar digestivo.

Cómo mejorar tus niveles de estrés y bienestar digestivo

  • Prueba la meditación. La meditación, junto con técnicas de respiración profunda, puede reducir la inflamación, un marcador de estrés en el cuerpo. A su vez, esto puede aliviar un sistema digestivo sobrecargado. Antes de comer, prueba sentarte lejos de las distracciones y realiza de 2 a 4 rondas de respiración profunda. Inspirar durante 4 rondas, mantener la respiración durante 4 rondas y espirar durante 4 rondas. Así, ayudarás a tu cuerpo a relajarse y prepararse para la digestión (es decir, en modo descanso y digestión).
  • Consume prebióticos y probióticos. Cuando se trata de tu dieta, busca alimentos que promuevan las bacterias intestinales buenas, como los prebióticos y los probióticos. Las frutas y verduras con inulina, como los espárragos, el plátano, el ajo y la cebolla, contienen prebióticos. Los alimentos fermentados, como el kéfir, el kimchi, la kombucha, el natto, el chucrut, el tempeh y el yogur, contienen probióticos. Los prebióticos y los probióticos pueden alterar la composición de las bacterias del microbioma intestinal y crear el entorno ideal para que se desarrollen más bacterias buenas y favorezcan la digestión.
  • Si fumas, déjalo. Si sueles acudir al cigarrillo cuando tus niveles de estrés aumentan, intenta buscar alternativas para dejar este mal hábito. Las enfermedades cardíacas y respiratorias son las que más se asocian al consumo de cigarrillos, pero las investigaciones también demuestran que este mal hábito puede afectar al sistema digestivo. Fumar puede aumentar el riesgo de desarrollar úlceras pépticas, enfermedades gastrointestinales y cánceres relacionados. Si fumas, considera la posibilidad de elaborar un plan y consultar a tu médico o profesional sanitario para que te ayude a reducir el consumo de tabaco o a dejarlo por completo.

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