El verano trae consigo el buen tiempo y las vacaciones y, en consecuencia, los picnics, días de playa, deporte al aire libre, viajes… Estos cambios de rutina también pueden influir en nuestros hábitos de alimentación.
Por este motivo, en este artículo te explicamos cómo seguir una alimentación sana para vivir mejor el verano sin alterar tu digestión.
Come más alimentos refrescantes
Consume más alimentos refrescantes e hidratantes que te ayuden a seguir adelante con el calor y a sentirte ligero y activo.
Las frutas y verduras son fáciles de digerir y suelen tener un alto contenido en agua. Las ensaladas y otros platos ricos en productos de temporada también te harán sentir ligero e hidratado.
Entre los alimentos y bebidas más hidratantes, podemos encontrar:
Sandía.
Fresas.
Caldos y sopas frías, como el gazpacho.
Tomates.
Agua de coco.
Las frutas y verduras, de temporada
Hoy en día, la mayoría de las verduras y frutas están disponibles todo el año; sin embargo, consumir alimentos de temporada aporta muchos beneficios para la salud y nos ayuda a mantener unos hábitos de alimentación saludable de forma asequible y natural.
Al cultivarse con el clima que les resulta más propicio y poder completar su ciclo natural, los alimentos frescos de temporada conservan mejor sus propiedades nutricionales y su sabor.
Siempre que puedas, elige alimentos recién cosechados para extraer los mejores beneficios. Algunos ejemplos de frutas y verduras de verano son: 
Mantener el cuerpo hidratado es muy importante
Además de los hábitos de alimentación saludable, no hay que olvidarse de la hidratación. Beber agua es fundamental, ya que ayuda a rehidratar el cuerpo para que funcione correctamente.
Asegúrate de beber al día una cantidad de agua suficiente y no esperes a tener sed. Es especialmente importante en verano reponer el agua que el cuerpo expulsa mediante la sudoración.
Por otro lado, aunque un frío cocktail en la playa puede sonar bien, lo cierto es que las bebidas alcohólicas contribuyen a la deshidratación. Si vas a beber algo de alcohol, te recomendamos que no abuses de este tipo de bebidas y te asegures de ir alternándolo con vasos de agua.
Si vas a consumir carne, que sea baja en grasas
La grasa tarda más en ser digerida por el cuerpo, lo que puede suponer una carga adicional a tu organismo cuando lo necesitas al máximo para desarrollar funciones como la modulación de su temperatura. Por eso, especialmente en verano, elige carnes bajas en grasa como la pechuga de pollo. Si no, tus digestiones podrían ser más pesadas y lentas.
La higiene es la clave para un organismo sano
Asegúrate de que lo que comes o bebes está limpio y en buen estado. Fíjate también en que los utensilios de los restaurantes, e incluso los de casa, pueden contener microorganismos que produzcan infecciones bacterianas.
Hay cuatro acciones con las que debes estar familiarizado en verano para mantener la higiene de tu alimentación:
- Limpiar.
- Cocinar.
- Tapar.
- Refrigerar.
Además de los utensilios, también es muy importante lavarte siempre las manos antes de comer.
La higiene del menaje y de manos es una medida primordial que complementa los hábitos saludables de alimentación y cuidado del cuerpo.
Bibliografía
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