La alimentación es uno de los pilares más importantes de nuestra vida. No solo nos da las vitaminas, minerales y nutrientes que necesitamos, sino que también afecta a nuestro estado de animo. Si ya has vuelto de vacaciones y sientes la llamada «depresión posvacacional», tu despensa te puede ayudar y ¡te explicamos cómo!
Empecemos por el principio. El cerebro y los neurotransmisores son los encargados de hacernos sentir, pensar y actuar. Si la producción de neurotransmisores no es adecuada, podemos experimentar problemas y enfermedades como la esquizofrenia, el alzhéimer o la depresión. ¿Qué papel tiene la alimentación en todo esto? Comer de forma adecuada puede ayudarnos a mantener el equilibrio en nuestro cerebro.
¿Has oído hablar de la serotonina? Es conocida como la hormona de la felicidad. En realidad, se trata de un neurotransmisor que, al aumentar, nos aporta una mayor autoestima y sensación de calma, bienestar y relajación. La secreción de serotonina aumenta con una dieta en la que predominan los vegetales.
De hecho, un alto consumo de verduras puede llegar a reducir las probabilidades de sufrir depresión en un 62%. En especial, si lo acompañamos de ejercicio físico regular, prácticas de relajación y tomamos el sol 20 minutos al día.
¿Alguna vez has escuchado «triptófano»? Es un aminoácido esencial para nuestra salud que, además, funciona como antidepresivo natural. Es importante tener en cuenta que, para sintetizar correctamente el triptófano y llegue al cerebro, se debe consumir junto a hidratos de carbono, magnesio, potasio y ácido fólico. Algunos de los alimentos más adecuados son las semillas de girasol, las de calabaza, los frutos secos – sobre todo las nueces -, el plátano y la leche materna.
Ahora que ya sabemos la teoría, vamos a con la información más práctica: ¿qué alimentos se consideran antidepresivos?
- Carbohidratos: si además son integrales, pueden aumentar los niveles de serotonina. Es importante que sean lo menos procesados posibles para que no desencadenen subidas y bajadas de azúcar en sangre. Algunas opciones son el arroz integral, el arroz salvaje, la quinoa, el mijo, la avena o el amaranto.
- Selenio: la falta de este mineral puede provocar problemas de tiroides y desencadenar en depresión o irritabilidad. Es fácil de encontrar en setas, marisco, atún, nueces, semillas y cereales.
- Vitamina D: la mejor manera de obtenerla es tomar el sol 20 minutos al día, pero también se puede conseguir de alimentos como las setas, el aguacate o los huevos.