El hambre es un instinto presente en cualquier especie animal, es por eso que los humanos tampoco nos escapamos de sentir sus molestos síntomas: mal estar, irritabilidad, dolor, baja energía, … Tu cuerpo te manda señales de lo que necesita y cuándo lo necesita, pero estas señales ‘inequívocas’ de que necesitas comer pueden llevarte a un mal hábito si no sabes de dónde proviene ese mensaje.
Diferenciar entre hambre biológica y hambre emocional es clave a la hora de mantener tu cuerpo y tu salud equilibrado. ¿Quieres saber en qué se diferencian?
- Hambre biológica es una sensación corporal asociada completamente al déficit de energía en el cerebro. Es la manera más primaria que el organismo tiene para indicarte que necesita volver a cargar baterías para seguir funcionando correctamente.
- El hambre emocional, por el contrario, es mucho más incómodo y ansioso, y solo lo puedes aplacar ingiriendo alimentos dulces, y con gran contenido calórico, que responden generalmente a un capricho o antojo.
Esta sensación, a la que denominamos ‘hambre emocional’, está muy ligada a la ansiedad y se dispara con el estrés, especialmente cuando la comida se ha utilizado como mecanismo de defensa para combatir situaciones de angustia o tristeza.
Las principales diferencias entre hambre biológica y hambre emocional:
– El ‘hambre biológica’ va apareciendo de manera gradual, al contrario que el ‘hambre emocional’, que aparece de manera repentina.
– El ‘hambre emocional’ funciona según el antojo que puedas tener para saciarla. El ‘hambre biológica’, sin embargo, no es caprichoso, se puede calmar esta sensación con todo tipo de alimentos.
– El ‘hambre biológica’ es más fácil de saciar que el ‘hambre emocional’, una vez que ingerimos el alimento solo tenemos que esperar que nuestro cerebro lo detecte para calmar nuestro organismo. En el caso del ‘hambre emocional’, el hecho de combinar grandes ingestas de alimento calórico y la falta de sensación de saciedad, puede generar angustia y sentimientos de culpa y frustración.
Es importante saber identificar el tipo de hambre que se está manifestando, ya que será clave el alimento que le des. No dejes que te domine o te confunda la necesidad de saciar el apetito, la fuerza de voluntad es importantísima para combatir el hambre emocional, el gran enemigo de las dietas de pérdida de peso.
Recuerda que, si el hambre emocional no te deja avanzar, puedes recurrir a técnicas en las que psicología y nutrición van de la mano, como el ‘Mindfulness eating‘ que combina yoga, meditación y ejercicio físico como herramientas para dominar y aplacar esta sensación.
Y a ti, ¿qué tipo de hambre te afecta más?