Uno de los alimentos más esperados durante el año son los helados. Son muchas las personas que no pueden esperar a la llegada del verano y, en cuanto suben las temperaturas, van a por su primer helado de la temporada. Pero… ¿comer helado es bueno para nuestro cuerpo?
Como muchos alimentos, tiene su parte buena y su parte mala. Beneficios de los helados
- Nos aporta vitaminas y minerales. El ingrediente principal de la mayoría de los helados es la leche, por lo que se convierte en una fuente de calcio, fósforo y vitamina B2.
- Son refrescantes y fáciles de comer. Con las altas temperaturas apetecen muchísimo y, además, encontramos mil formas de comerlos: cucurucho, tarrina, acompañado de zumo, para acompañar postres… ¡Y cuántos sabores hay!
- Pueden ser saludables. Sí, sí, lo que estás leyendo. El helado puede formar parte de una dieta saludable. Olvídate de los helados de supermercado llenos de conservantes, aditivos, grasas saturadas y azúcares. ¡Cocina tus propios helados en casa con ingredientes naturales y disfruta como nunca!
- Nos ayudan a mantenernos hidratados. Sobre todo, los helados de hielo. Son muy fáciles de hacer, te refrescaran y aportarás un plus de hidratación a tu cuerpo.
Pero no todo iban a ser beneficios. A la hora de consumir helados es importante tener en cuenta que son un alimento con un alto contenido en calorías, ya que están compuestos por carbohidratos, azúcares y grasas. Esto pasa sobre todo si consumimos helados procesados. Si optas por opciones artesanales o por cocinar tus propios helados, podrás controlar mejor los ingredientes que forman parte de tu helado.
A nosotros nos gusta disfrutar de los helados tanto como a ti, así que no podíamos irnos sin dejaros dos recetas muy sencillas de helados. Estas dos solo son un ejemplo, ya que existen combinaciones infinitas.
- Helado de hielo: Esta receta es la más sencilla. Solo tienes que preparar tus moldes de helado, elegir qué fruta te apetece y triturarla con agua o bebidas vegetales. Rellenas los moldes, añades el palo y ¡al congelador! Espera entre 2 – 4 horas y disfruta de tu helado. Hay infinitas combinaciones, así que ¡te invitamos a innovar!
- Helado cremoso: Si prefieres la textura cremosa, prepara dos yogures naturales y la fruta que más te apetezca. Corta la fruta en trozos muy pequeñitos para que queden como tropezones. Vierte el yogur en un recipiente y bátelo con varillas hasta que su consistencia sea cremosa. Cuando esté, añade la fruta. Pásalo todo a un tupper o fuente y mételo en el congelador. Para conseguir la textura cremosa, no te olvides de sacar el helado y removerlo cada media hora durante 2 horas.