¡La primavera en el plato!
Seguro que en más de una ocasión, al ir a comer o cenar a un restaurante, te has encontrado con algún tipo de flor en tu plato. Más allá de elemento decorativo, existen muchos tipos de flores comestibles que, además de darle color y detalle al plato, dotan de diversos matices a la receta que tienes ante tus ojos, como harían las famosas especias que usamos al cocinar.
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Seguro que en más de una ocasión, al ir a comer o cenar a un restaurante, te has encontrado con algún tipo de flor en tu plato.
Más allá de elemento decorativo, existen muchos tipos de flores comestibles que, además de darle color y detalle al plato, dotan de diversos matices a la receta que tienes ante tus ojos, como harían las famosas especias que usamos al cocinar.
Aunque te parezca algo novedoso o moderno, ya en la antigua Roma (cómo no) añadían a sus platos violetas, y aquí, aunque no lo creas, las consumimos muy habitualmente, y es que el brócoli, la coliflor o el clavo también son flores.

¿Quieres conocer 5 de estas flores comestibles?
– La violeta, de las más bonitas y con un sabor suave, dulce y mentolado, aporta un gran grupo de antioxidantes y vitaminas, perfectas para repostería.
– La caléndula que aporta un gran aroma, es considerada como una especie de sustituto económico del azafrán, por su sabor parecido. Casan muy bien con ensaladas, sopas o incluso macedonias de frutas.
– El hibisco, conocido por tomarse en infusión, también se pueden comer sus pétalos en ensaladas, helados, gelatinas…
– La flor de cilantro, tiene un sabor exótico que la hace perfecta para cremas de verduras y ensaladas.
– El jazmín, con sabor dulce, es la reina de los postres, pero tanto su sabor como su aroma es perfecto para guisos de carne, sobre todo aves, incluso para pescados e infusiones.

Es importante que estas flores que comemos estén cultivadas para fines alimenticios y por nosotros mismos.
Sigue los consejos que requiera el cultivo de cada una de ellas y recuerda que, para sacarles el mayor partido, se deben cortar las de mejor color y aspecto por la mañana, a una hora aún fresca, y solo aquellas que vayas a consumir, ya que no se conservan durante mucho tiempo. Lava bien las flores con agua fría y cuélgalas boca abajo para que sequen solas, ¡no queremos estropearlas! Olvídate de los estambres, tallos y pistilos por su sabor amargo.

Color, sabor y aroma, añade flores a tu mesa y disfruta de la primavera en cada bocado.

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